DETRÁS DE LA PALABRA EDITORIAL DUNKEN

En la tarde de hoy se presentó en el marco de la 38ª FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO EN BUENOS AIRES, el libro de antología poética "Detrás de la palabra", compilado por el poeta argentino César Melis y el cual tengo el honor de integrar con mi poema  "Las Luciérnagas".
El evento tuvo lugar en la sala Leopoldo Lugones, en donde el Sr. Melis presentó oficialmente el libro y junto a la actriz Erika Wallner y el actor Juan Carlos Puppo leyeron una selección de poemas.
Agradezco a Editorial DUNKEN la oportunidad de dar a conocer mis humildes intentos poéticos y las obras de tantos talentosos poetas de mi país y también de países limítrofes.
Realmente fue un gratísimo momento el cual compartí en familia y en lo personal una nueva y maravillosa experiencia.
A continuación comparto el poema y una breve reseña fotográfica.
Gracias a todos lo que confiaron. A los que no. A todos los que leen y a todos los que -pese a todo- continúan haciendo Poesía.




LAS LUCIÉRNAGAS
En esta noche, en la que debieras estar en mis brazos
la soledad ha vencido a los almendros.
Sin embargo las estrellas reclaman su maternidad sobre estas diminutas luciérnagas mías
porque viva es esta presencia de luz tuya que brota de la hierba y que, sin saberlo
se hace plegaria
 materia clara que proviene de tu alma
presencia de hadas en medio del vacío, haciendo de tus ojos algo inmanente
algo así como un istmo entre el todo y la nada.


Heredan su infinito de universo
la insuperable fragilidad de sus alas transparentes y el imperceptible tañir de sus ruegos.
Y el recuerdo de tu risa, brillando intermitente, es más fuerte que todas las angustias
todos los obstáculos, todos los predadores
o que cualquier cielo preñado de tormenta.


La brisa fresca, en cambio, las empuja
las alienta a consumir el musgo de las ramas, alimento vital de los momentos en que soy impar
y me faltas
y dividir es una resta infinita
y no hay océano que contenga las lágrimas.


Inquietas antorchas

                                                      m
                                                              o
                                                     v
                                                                 e
                                                                            d
                                                                                    i
                                                                                        z
                                                                            a
                                                                                   s

clausuran los sentidos como un beso incandescente
y son un enjambre de besos tardíos, deseados
un ámbar líquido y fresco que corre en la corteza
 que nace en las heridas profundas de los vasos
sellando el alma para que no escape la melancolía.

Mañana, con el sol, ya se habrán muerto
pero vendrán otras a socorrer las ganas
a sostener esta pasión de germinario
de semilla aérea y tenaz
de ínfima luz soportando el aguacero.




       Banner de la Editorial Dunken.



Prólogo a cargo del poeta César Melis. A su derecha la actriz Erika Wallner.


De izquierda a derecha Juan Carlos Puppo, Erika Wallner y César Melis. Lectura de Poemas.


De izquierda a derecha Juan Carlos Puppo, Yo, Erika Wallner y César Melis.


Título de la obra antológica.


El libro.


Diploma de participación en la obra.


Stand de la editorial en la 38ª FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO EN BUENOS AIRES



MATICES





El yo sin método
-limpio-
sin redes que acobarden
ni acorten la distancia del salto
el yo sin frontera interior
en proceso contínuo
cambiante


el yo liberado del yo
el yo sin adjetivos
el yo sin palabras
el yo sustantivado
el yo más las palabras
el yo arrojado como un dado
el yo repensado
el yo desde la tierra
el yo desde la letra
el yo pariéndose
el yo partiéndose
el yo incendiado
el yo momificado
el yo resucitado
el yo desde el silencio
el yo de las ballenas
el yo transfundido
el yo que necesita
-es el yo que necesito-
el yo crucificado
el yo rebelde
el yo ausente
el yo reunido

MUESTRARIO




Esto que estoy intentando ser
           lo que evidencian mi rostro y mis manos
                lo que guarda el aliento de todas mis voces 
   y sobrevive a la garganta de la muerte


este pequeño ramito de violetas
             que se ampara en un rugido de león para engañar a los lobos
        
esto que transpiran mis palabras
                                  y es la forma en que me pienso 
                                                 y me resuelvo

esta forma en que canto y lloro
         en que rezo y camino

              -esta manera de curarme-

esta sustancia de marearme en los mares
           y de reírme en los ríos

estos colores


            soy yo



CUARZOS



Costra marina
    esquirla calcárea
          que estallas con las olas
              me herís y me salvás


Palabra de sal
        vas tallando mis pupilas
con tu arena mortalvital
                    de angustia hacedora


Mantengo la estructura de los médanos
          -cambiante en el silencio-
     aún así depositás sobre mí
              con paciencia de cangrejo
                          estos reacios cuarzos
                      que me construyen




ESTAMPIDA




La muerte convoca la fuerza,

siempre lo he sabido.

No es la vida, no

sino el miedo

el olor de los predadores

-disperso en el aire-

lo que provoca el movimiento.

La insubordinación a perecer

es apenas un instinto.

Ante el ataque,

desbocadas

locas

simultáneas

las palabras desbocan su locura simultánea.

Corren

arrollan

roen

ralean

arrasan

rompen.

No defienden la vida

se defienden a sí mismas.

Huyen

y son porque transcurren y existen sólo mientras huyen.


¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a! ¡E s t a m p i d a!



Luego, en la calma, no son nada

sólo un plasma.